miércoles, 3 de abril de 2019

'Got Talent' tiene mi sí

Mediaset Comunicación
En las tres ediciones anteriores, 'Got Talent' era para mí el típico programa que veías cuando no había nada más que ver o que hacer, una manera de dejar el cerebro en encefalograma plano tras una dura jornada de trabajo. Desconexión pura. Al anunciarse en verano el cambio de dos de los miembros del jurado me picó la curiosidad: Paz Padilla reemplazaría a Jorge Javier Vázquez y Eva Isanta sería la suplente de otra Eva, Eva Hache (sí, no han tenido que cambiar el cartel del nombre sobre el escenario). Edurne, único miembro del jurado presente en todas las ediciones, y Risto se mantendrían en sus puestos. 

En enero, Telecinco daba el pistoletazo de salida a la cuarta edición. Y sí, ahí fue cuando me di cuenta que Got Talent había evolucionado... para bien. Aquí os presento las claves de esta temporada, las cuales han hecho que, al menos para mí (y el 22% de la audiencia en las últimas semanas), el talent se haya convertido en cita obligada de los lunes.

  • Edurne y Risto han dado un giro de 180º. La cantante ha pasado de ser la niña buena del jurado, a la que le costaba dar un "no", a ser mucho más firme en sus decisiones y no tener ningún reparo en mandar a casa a algún concursante que no merecía pasar a la siguiente fase. El publicista, por su parte, ha ido en la dirección opuesta. Firme como siempre en sus decisiones y sincero 100%, pero con un toque más humano. Todo ello ha favorecido que ahora sea menos evidente y, por tanto, más difícil adivinar la valoración final de ambos miembros del jurado. Más de una vez nos hemos quedado con la boca abierta con ciertos "síes" de Risto y "noes" de Edurnator, apodo que la ex-triunfita se ha granjeado en esta edición precisamente por haber empezado a ser más contundente.
  • Eva Isanta para mí es el gran descubrimiento de esta cuarta edición. Simpática, alegre, sincera y muy natural, tampoco tiene reparos en dar un "no" si el concursante no lo merece. Su forma de hablar, los consejos que regala a los talent tras sus actuaciones, todos ellos con fundamento, no hacen más que darle más valor a sus palabras.
  • Paz Padilla destila humor y locura constantemente. Ante la rigidez de Jorge Javier, el programa ha ganado mucho con el cambio. Varios de los momentos más comentados y más divertidos, los ha protagonizado ella. Su interacción con los concursantes ha sido otro gran punto a su favor.
  • ¿Soy yo o el nivel de las actuaciones ha sido mayor que en otros años? Ha habido varios momentos frikis y un tanto bochornosos como todos los años, pero me da la sensación que el nivel y la calidad de esta edición ha sido superior. En la primera semifinal, era imposible quedarse con alguno de los clasificados: todos merecían pasar a la gran final. Y eso no ha pasado todos los años. El nivel de exigencia se nota, que tras tres ediciones, tenía que ir en aumento y así ha sido. El listón está más alto que nunca.
  • Los giros de guión, como ese pase de oro extra conjunto en las últimas audiciones y la huelga de los miembros del jurado, han otorgado un plus de emoción, otro motivo más para disfrutar del talent.

Por todo ello, 'Got Talent' brilla más que nunca. Pase de oro para todo el equipo. Nos vemos el lunes a las 22h.


lunes, 1 de abril de 2019

TOP 10: Las mejores series feel-good

Semana larga, cansancio extremo y ganas de desconectar. Seguro que te has sentido identificado con esa sensación más de una vez este último mes. ¿A que sí? Te tumbas en el sofá y... ¿qué puedo ver? La tendencia actual y, a tenor de los datos, demuestra que los espectadores suelen recurrir a las series del momento: Juego de Tronos, The Walking Dead, True Detective, House of Cards, Black Mirror... 
Todas ellas, de factura impecable y con hordas de fans a sus espaldas (no me voy a meter en valorar cada una de ellas, ya que puedo salir escaldado en el intento), pero ¿realmente sirven estas series para desconectar del todo, hacerte sentir mejor y más feliz? ¿Dejan un regusto cálido en el espectador al acabar cada episodio? En mi humilde opinión, no es así. Son series trepidantes, que te mantienen enganchado, en vilo, de hecho, muchas están preparadas para ser maratoneadas y, por tanto, engullidas (¿estará el gatito de la foto viendo The Walking Dead?). No obstante, yo hablo de otro tipo de series, de aquellas que te apetece saborear poco a poco como una buena taza de café por la mañana, de las que te hacen sentir más feliz y que te ayudan a desconectar de verdad, de esas que te dejan una sensación similar a un abrazo. Son las series "feel-good". He aquí las diez mejores (cruzando datos aquí y allá, recabando opiniones propias y ajenas, en definitiva, 70% subjetividad 30% objetividad).


  • FRIENDS: Una de las series más buenrollistas de las últimas décadas. ¿Quién no ha querido formar parte de la pandilla de Mónica, Rachel, Phoebe, Chandler, Ross y Joey? Para mí, es la serie feel-good por antonomasia. Destila alegría, humor y amistad por los cinco costados. Para ver y volver a ver en modo bucle.
  • CINCO HERMANOS: Para muchos, una serie desconocida. Para mí, una de las joyas televisivas que nos dejó la década de los 2000. Protagonizada por Sally Field y Calista Flockhart, narraba las idas y venidas de Los Walker. Cada capítulo finalizaba, por muchos problemas que tuviera la familia, con un mensaje de optimismo, dejando al espectador una sensación agradable y cálida. La vida es bonita, sin más. Una serie feel-good de 10. Sencillamente maravillosa.
  • LAS CHICAS GILMORE: Madre e hija, muy unidas. Unos vecinos estrambóticos a más no poder. Frases ingeniosas, diálogos hilados con humor fino. Y mucho positivismo. Una delicia.
  • MUJERES DESESPERADAS: Vale, puede que Wisteria Lane no fuera el mejor barrio para vivir, dada la tasa de mortalidad de sus vecinos. Asesinatos aparte, Mujeres Desesperadas, sus protagonistas y secundarios eran la definición de feel-good en sí misma. Inolvidable.
  • MODERN FAMILY: Sencilla, alocada, ingeniosa... 20 minutos de diversión asegurada. Al terminar cada capítulo, te quedará una sensación más que agradable. ¿Día duro? Prueba a ver Modern Family.
  • THE BIG BANG THEORY: Sí, tras doce temporadas está muy quemada y desgastada, pero sigue aportando buenas dosis de humor y de buen rollo. Es una serie que va a lo que va. Hacer reír y entretener. Cumple su cometido.
  • WILL&GRACE: Continuamos con las comedias. Will&Grace volvió hace año y medio tras un parón de 10 años y... ¡sigue en forma! Igual que The Big Bang Theory, cumple su cometido: entretener y hacer reír durante 20 minutos a la audiencia. Te sentirás de muy buen humor tras una dosis de capítulos de esta peculiar pareja.
  • MADRES FORZOSAS: ¿Quién no vio en su día Padres forzosos? Pues su continuación, mantiene la misma línea: carcajadas, buen rollo, positivismo y energía a espuertas. Todo ello condensado en capítulos de 25-30 minutos. ¿Qué más se puede pedir? Para irse a la cama con una amplia sonrisa.
  • THIS IS US: La familia Pearson ha conseguido desde hace tres temporadas meterse en las casas de millones de personas. Una serie sencilla y ligera.
  • GLEE: Un musical convertido en serie. Ya hace años que terminó esta pequeña joya de la televisión, y aún sigo acordándome de sus números musicales al final de cada capítulo. Aunque estuvieras deprimido, hubieras tenido un día horrible, sus números musicales, su luz, su buen rollo y positivismo, te levantaban el ánimo a golpe de nota musical.


Hay muchas más series y programas feel-good: Los Simpson, La que se avecina, Got Talent, La Voz, OT... Un amplio abanico de posibilidades para disfrutar solo o en buena compañía. ¡Que viva el buen rollo y la positividad!


miércoles, 6 de marzo de 2019

Luke Perry, el eterno rebelde sin causa de los 90

Por Carlos Ortiz y Miguel Thumser


Cuando la semana pasada algunos miembros del reparto de "Beverly Hills 90210" confirmaron el regreso de la serie en forma de 6 capítulos especiales, se empezó a especular con la ausencia de Luke Perry y Shannen Doherty.

Al parecer, nuestro James Dean particular no iba a poder participar en todos, pero sí haría alguna aparición estelar. Sin embargo, poco después del anuncio oficial del regreso de la serie juvenil más exitosa de los 90, saltaba la noticia del ingreso de Luke Perry a causa de un derrame cerebral. Una fatal casualidad.

El pasado 4 de marzo, alrededor de las 7 de la tarde hora peninsular, todos los medios se hacían eco del fallecimiento del intérprete. A los 52 años, la vida del actor se apagaba, rodeado de sus hijas, su prometida, su madre y demás seres queridos. Las redes sociales se inundaron al minuto de homenajes tanto a Luke Perry como al personaje que marcó a toda una generación, Dylan Mckay. Buena parte del reparto original, así como actores episódicos de la icónica serie, se mostraron devastados e incrédulos ante una pérdida de tal magnitud. Sus actuales compañeros de reparto de la serie "Riverdale" también mostraron su pesar y condolencias por la fatal noticia.

Y es que Luke Perry fue, es y será siempre aquel chico rebelde, el James Dean de los 90, como se le llegó a llamar en más de una ocasión. Su personaje Dylan marcó a toda una generación: mientras que algunos deseaban ser como él, vestir su chupa de cuero y tener su tupé, siempre perfecto, muchos/as otros/as bebían los vientos por él y soñaban con subirse algún día a su moto o cruzarse con él en el pasillo de su instituto.

A principios de los 90, Telecinco buscó acercarse más al público joven y se hizo con los derechos de "Beverly Hills 90210" bajo el popular nombre "Sensación de vivir". En pocas semanas, se convirtió en un fenómeno en nuestro país. Las carpetas de todos los adolescentes de la época se empezaron a llenar de fotos y recortables de la Súper Pop con los actores.

La serie empezó a emitirse los viernes por la noche en prime time y su último capítulo fue ofrecido en nuestro país a las 7 de la mañana de un domingo.

Por esta razón, la mayoría del público español solo recuerda las 4 primeras temporadas de la serie. En ellas, Dylan Mckay conquistó a la audiencia con su papel de chico malo, a causa de los problemas en los que estaba sumergido su padre y del pasotismo de su madre. Sexo, drogas y dos mujeres que le volvieron loco. La morena no tan inocente y la rubia no tan frívola.

Su primer romance y el más icónico fue Brenda, encarnada por Shannen Doherty. Quién no recuerda su primera vez y su primera ruptura mientras sonaba en el coche de Dylan "Losing my Religion" de REM. Ruptura, que por cierto, fue impuesta a los guionistas por las críticas recibidas por incentivar el sexo prematuro entre adolescentes.

Cuando Brenda se fue un mes a París con Donna, surgió el apasionado romance entre Dylan y la rubia popular de la serie, Kelly, a su vez íntima amiga de Brenda. El culebrón se intensificaba hasta que las dos se aliaron y le hicieron decidir. El fenómeno fan en España se apagó coincidiendo con el polémico abandono de Shannen Doherty, ya que a partir de ahí la serie dejó de emitirse en prime time y pasó por la sobremesa antes de acabar a la hora que canta el gallo.

Es innegable que Dylan Mckay era una de las figuras clave de la serie. El típico prototipo de chico duro con circunstancias complicadas, pero con buen corazón que tantas veces hemos visto en series adolescentes. Eso sí, ninguno tan bien interpretado como Luke Perry. Hasta siempre, Dylan.

lunes, 25 de febrero de 2019

La muerte de la televisión convencional


Llevo muchos años sin actualizar este blog, lo sé. Me gustaría poder decir que ha sido porque he estado analizando el actual panorama televisivo y que ahora os voy a presentar el informe definitivo acerca de las últimas tendencias del sector, pero nada más lejos de la realidad, no os voy a mentir. He estado ocupado con otras cosas, personales, laborales, todas ellas han superado en la escala de prioridades a este blog, pero prometo volver poco a poco... Des-pa-ci-to. He perdido posicionamiento en los motores de búsqueda, no he creado un nicho de audiencia... ¡Fatal! Un mail que llegó ayer por sorpresa a mi bandeja de entrada, recordándome la existencia de TuTelealdía, ha sido el empujón que necesitaba, y qué mejor manera para volver que anunciando algo ya sabido por todos: la muerte de la televisión convencional (o al menos, tal y como la conocemos).

¿Qué les está pasando a las series de la televisión en abierto? ¿Por qué ninguna (salvo contadas excepciones) logran cifras aceptables de audiencia? Hospital Valle Norte, La Verdad, Matadero, La Otra Mirada, Secretos de Estado, El Continental... todas ellas arrastran o han arrastrado datos muy pobres, por debajo de la media de sus respectivas cadenas. Habiendo Netflix o HBO, pocos televidentes tienen la paciencia suficiente para seguir una serie en abierto y en emisión lineal. ¿Anuncios? No, thanks! ¿Esperar una semana para resolver el cliffhanger del último capítulo? No, thanks!!

Casos como el de La Casa de Papel son la prueba evidente de que las series en abierto podrían tener los días contados. Una ficción que en su emisión en Antena 3 pasó totalmente desapercibida, con cifras muy bajas inferiores al 10% de share, fue el pelotazo de los últimos años en Netflix. Otras series pecan de poco innovadoras, con temas ya muy trillados, otras ficciones tal vez son demasiado innovadoras para la televisión en abierto. ¿En qué quedamos entonces? He ahí el quid de la cuestión. Si innovas, te estrellas, si no innovas, también. Ahí es donde las tres principales televisiones nacionales (La1, Antena 3 y Telecinco) deben lograr el equilibrio.

La1 tiene Cuéntame cómo pasó y Estoy Vivo, Telecinco cuenta con La que se avecina y Vivir sin Permiso y Antena 3 puede tirar de Allí Abajo. Estas seis (¡seis!) ficciones son las únicas que han sobrevivido a los vaivenes de los últimos años en el panorama televisivo. Cada temporada, lanzan nuevas propuestas y pocas son las que logran la tan ansiada renovación; otras en cambio son concebidas desde un principio con un final cerrado. Sea como fuere, pocas logran destacar y menos aún logran siquiera alcanzar el 10% de share. En el horizonte, hay varias propuestas atractivas: Señoras del (H)ampa, La Valla, 45 Revoluciones, Promesas de Arena y muchas más. ¿Logrará alguna sobresalir y marcar la diferencia? El tiempo lo dirá, pero analizando los datos que tenemos sobre la mesa y dada la situación actual, no podemos ser optimistas.

Asimismo, las plataformas de streaming y la televisión por cable (Movistar +, por ejemplo) han comprobado cómo la mayoría de sus propuestas han sido bien recibidas por público y crítica, y lo más importante, han traspasado fronteras. Ejemplos recientes son Élite, Velvet Colección, Vergüenza, La Peste, Arde Madrid, Gigantes, Las Chicas del Cable, etc. Y, al igual que ocurre con la televisión convencional, se avecinan nuevos proyectos muy jugosos, que indirectamente son competencia de las series en abierto: una ficción basada en las novelas de Elísabet Benavent (pelotazo asegurado), Hache, Días de Navidad, El Vecino, Instinto, etc. Todas ellas, con repartos de altura y tramas llamativas, capítulos de 50 minutos y la posibilidad de ver los episodios cómo, dónde y cuándo quieras.

Hoy me siento un poco pitoniso y voy a tirar de sexto sentido para vaticinar lo que pasará dentro de unos años: la televisión convencional empezará a renunciar a producir series en abierto y se centrará en el entretenimiento (La Voz, GH, Tu cara me suena, etc. son los programas que más alegrías dan a sus respectivas emisoras en la actualidad), mientras que las ficciones irán a parar a plataformas de streaming y a la televisión por cable. Hagan sus apuestas. Sin duda, estamos ante un punto de inflexión.