miércoles, 22 de julio de 2015

Cuando informar se torna en pesadilla

Una cámara fotográfica o de vídeo, un bloc de notas, un traductor y voluntad, mucha voluntad de informar. Todo eso y más lo tenían (y tienen) Antonio Pampliega, José Manuel López, y Ángel Sastre, tres periodistas españoles, desaparecidos en Siria desde hace diez días. El Gobierno teme que hayan sido secuestrados por algún grupo armado, si bien el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación se ha limitado a señalar que está "al corriente de la situación" y "trabajando en el asunto". Los tres entraron el pasado día 10 en Siria, procedentes de Turquía, para informar de la dramática situación del país árabe, sumido desde hace cuatro años en una guerra civil que se ha cobrado más de 230.000 muertos y millones de refugiados y desplazados internos. 

Hasta ahora quien ha arrojado un poco más de luz acerca de la desaparición de los tres periodistas ha sido el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, que ha explicado que la última vez que fueron vistos fue el 11 de julio en una furgoneta blanca, junto a su traductor sirio, en Alepo, donde fueron interceptados por hombres armados con ropas de estilo afgano. Se trata de la segunda ciudad más importante del país, la cual se encuentra controlada por el Frente Al Nusra, la filial siria de Al Qaeda, enfrentada tanto al Estado Islámico, como a las fuerzas gubernamentales del presidente Bashar al Asad. 

Pampliega ha colaborado con El País y ha sido reportero del programa Infiltrados, de Cuatro. Por su parte, es autor del blog "Un mundo en Guerra", donde narra su cobertura de distintos conflictos bélicos. Sastre, por su parte, ha colaborado con Cuatro (la verdad es que le recuerdo cubriendo varios acontecimientos para Noticias Cuatro), Onda Cero y La Razón, y fue distinguido en 2010 con el Premio Larra. José Manuel López ha recorrido más de 60 países y ha publicado en medios como L’Espresso o Le Monde.

Pampliega, López y Sastre no son los primeros periodistas españoles secuestrados en Siria. Marc Marginedas, de El Periódico de Catalunya, fue secuestrado en Hama el 4 de septiembre de 2013 y liberado el 1 de marzo de 2014; mientras que Javier Espinosa, de El Mundo, y el fotógrafo Ricardo García Vilanova fueron secuestrados el 16 de septiembre de 2013 en Tal Abyad y liberados el 29 de marzo de 2014. Las gestiones para liberarlos fueron largas y complejas y corrieron a cargo, principalmente, del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que desplegó una red de antenas en la zona. Este despliegue fue desmantelado tras su liberación, por lo que el CNI tendrá que recuperar ahora sus contactos. Espinosa, Marginedas y García Vilanova estuvieron en poder del Estado Islámico. En cambio, todo apunta a que Pampliega, López y Sastre habrían caído en manos de Al Nusra, grupo del que he hablado antes.

Un total de 27 periodistas fueron secuestrados en Siria en 2014, según el Informe Anual 2014 de Reporteros Sin Fronteras, demostrando (una vez más) que ser reportero de guerra es una de las profesiones más peligrosas que se pueden ejercer ahora mismo en el mundo. Personalmente, y desde la comodidad de mi escritorio, deseo que el Gobierno realice las gestiones oportunas, lo más pronto posible, para que la pesadilla de sus familiares (y de ellos mismos) termine cuanto antes. Sólo así podrán seguir haciendo lo que mejor se les da: arriesgar sus vidas para que los demás periodistas, repito, desde la comodidad de nuestros escritorios, podamos simplemente coger un teletipo y pegarlo en un periódico o darlo en un informativo de radio, o coger sus recursos de imágenes y pegarlas "en cola" en la escaleta de un telediario. 

jueves, 9 de julio de 2015

Y colorín, colorado... Esta serie se ha acabado

ALERTA: SPOILERS

Lograr un final que contente a todo el mundo es muy difícil. Los espectadores tenemos la mala costumbre de situar las expectativas muy altas, y finalmente se demuestra que resulta imposible contentar a todos. No obstante, hay cierres y cierres. Por un lado, encontramos los finales redondos, que cierran todas las tramas de mejor o peor forma, pero que a fin de cuentas concluyen todo con un mínimo de dignidad. Luego están los finales que también cierran todo (o casi), pero como si el equipo de guionistas estuviera hastiado de la serie y quisiera irse pronto a casa. 

Desgraciadamente, el desenlace de "Sin Identidad", la serie que tanto prometía en su primera temporada y que tanto (me) ha decepcionado en su segunda, fue de los segundos. En resumidas cuentas, la serie protagonizada por Megan Montaner nos ofreció a sus fieles seguidores un episodio final carente de intriga, plano, y en el que, como bien señaló mi madre al finalizar, "muere hasta el apuntador". Echemos cuentas, la segunda tanda ha contado con catorce episodios, de los cuales la mitad eran un relleno descarado. Tiempo suficiente para cerrar todo bien, ¿o no? Menos mal que estaba Lydia Bosch para amenizar un poco la noche, por cierto, infestada de anuncios. Lo de Antena 3 y la publi merece otro post aparte. ¿O ya lo hubo? El calor y la falta de un sueño reparador en las noches estivales no me dejan ver las cosas con claridad.

El final de esta serie ha traído a mi memoria otros cierres de series españolas emblemáticas, que también nos dejaron a la mayoría con un sabor agridulce. Como no podía ser de otra forma, empiezo repasando el final de "Los Serrano", o mejor dicho, ese sueño de Antonio Resines o Diego Serrano (uno ya no sabe dónde empieza la ficción y dónde la realidad). Lo único bueno del desenlace de esta serie es la ingente cantidad de bromas, memes y demás chascarrillos que hemos podido disfrutar desde aquel verano de 2008. 

Un recurso muy recurrente a la hora de dar carpetazo a una serie es "matando" a algún personaje emblemático y siempre muy querido. ¿Por qué? Claro, los guionistas querrán que nos cabreemos tanto con la serie que luego sea imposible echarla de menos (véase la ironía). Sólo encuentro esa explicación para finales como el de "La Señora", "Compañeros" u "Hospital Central". 

Y, finalmente, está el tipo de desenlace que te deja con esta cara:

Básicamente porque no es un final en sí mismo. No se cierran las tramas bien, no sabemos si algunas parejitas se quedan juntas o no para el resto de sus vidas, tampoco sabemos si la protagonista cogerá ese vuelo rumbo a ninguna parte, o si cerrará el periódico o el instituto, en torno al cual se vertebraban las tramas... Os suenan algunos, ¿verdad? De esos, ha habido muchos, muchos más de los que debiera. 

Ahora mismo estoy en la oficina, pero el cierre de "Sin Identidad" me ha dejado con tan mal sabor de boca, que al regresar a casa necesito recurrir al que para mí es el mejor final de una serie: "Friends". Siento envidia de que aquí no hayamos logrado cerrar una serie de esa forma. Sin ir más lejos, la audiencia es un buen reflejo de ello. En Estados Unidos, cuando una serie finaliza, el número de espectadores siempre se triplica. Véase "Friends", "Urgencias", "Mujeres Desesperadas" y un largo etcétera. En España, hay casos tan curiosos como el de "Compañeros", en el que el episodio final pierde incluso espectadores respecto al último. No, no es una invención. Lo podéis buscar. En otros casos, la audiencia sube ligeramente, pero no lo suficiente para ser la despedida. Hay mucho por hacer. Muchas son las series que ahora mismo atraen a la audiencia española. Esperemos que sus respectivos desenlaces estén a la altura. 

lunes, 6 de julio de 2015

Finde horribilis en TVE

"Estoy por proponerle a Tsipras que tuitee en griego en lugar de en inglés para que no nos enteremos de las tonterías que dice". Este tuit, que pudimos leer este fin de semana en Twitter, no es de cualquier usuario. Se trata de Susana Burgos, uno de los recientes fichajes realizados a dedo por la Corporación Pública RTVE. Dicha periodista económica proviene de La Gaceta, sí, aquel diario en papel que todos recordamos por su brutal manipulación de la información. Los más avispados habréis caído en que yo mismo debí de compartir redacción con la señora Burgos. Y, efectivamente, así es. Por eso mismo, me escandaliza tanto que en su cuenta pública, en la que se describe a sí misma como redactora de los informativos de TVE, publique semejante insulto a un dirigente político. Pues Susana, seguro que no te acuerdas de mí, porque yo era un simple becario de los informativos de Intereconomía, pero que sepas que me avergüenza compartir empresa en mi CV contigo. 

No son programas como Sálvame los que avergüenzan a la profesión. Son mero entretenimiento. A los periodistas nos avergüenza gente como tú, que se escuda en el amparo que le da la manipulada cadena pública. ¿Y el tuit de disculpa? ¿Desde cuándo informar es insultar? ¿Con qué derecho te crees a faltar el respeto a un dirigente elegido legítimamente por las urnas? De tu puesto en la redacción de TVE no se puede decir lo mismo. Llegan a publicar ese tuit sobre cualquier otro político Jesús Cintora, Pepa Bueno o Antonio García Ferreras (por citar tres ejemplos), y ya estaría la derecha exigiendo dimisiones y explicaciones. No, Susana. No. 

A continuación, os dejo el comunicado emitido por el Consejo de Informativos, en el que pide la sustitución de Burgos como enviada especial a Atenas:

"El Consejo de Informativos de TVE defiende la libertad de expresión de todos los profesionales a los que representa en su legítima utilización de las redes sociales, siempre que no comprometan la obligada neutralidad e imagen de independencia de los Servicios Informativos. Por ello considera rechazables e inapropiados los “tuits” emitidos por la enviada especial de TVE a Atenas en los que no sólo toma partido en una cuestión sobre la que va a informar, sino que además lo hace con expresiones inapropiadas que rozan el insulto al jefe de gobierno de Grecia.

Por todo ello, el CdI, en cumplimiento de sus funciones establecidas en el artículo 24.2. de la Ley 17/2006 de la Radio y la televisión de titularidad estatal, que en su apartado “b” dice textualmente ha de “Promover la independencia editorial de la Corporación RTVE, de acuerdo con lo previsto en la legislación general audiovisual y en esta Ley en lo referido a sus funciones de servicio público”, considera que esta persona (contratada recientemente para conformar una auténtica “redacción paralela” que está orillando a profesionales de larga trayectoria y reconocido prestigio) ha quedado inhabilitada desde un punto de vista deontológico para informar sobre la situación en Grecia. En consecuencia, el Consejo de Informativos de TVE reclama que sea sustituida por alguno de los excelentes profesionales que conforman la redacción de los servicios informativos de TVE que en el pasado reciente han dado muestras sobradas de su capacidad para informar al servicio de los ciudadanos". 

Bueno, y no ha sido la única polémica este fin de semana en la pública. Y es que el sábado se celebraba el Orgullo Gay en Madrid. Y el Telediario de las 15h, editado por Pedro Carreño, no mencionó ni una vez esta celebración. Mientras, Telemadrid daba un paso histórico y lo emitía por primera vez en directo. Y, por cierto, con muy buena acogida tanto en número de espectadores como en crítica. 

Hagamos ruido. Porque esto no se puede consentir. No podemos consentir que "periodistas" como Susana Burgos, contratados a dedo, trabajen en aras de la pluralidad en TVE.