jueves, 9 de julio de 2015

Y colorín, colorado... Esta serie se ha acabado

ALERTA: SPOILERS

Lograr un final que contente a todo el mundo es muy difícil. Los espectadores tenemos la mala costumbre de situar las expectativas muy altas, y finalmente se demuestra que resulta imposible contentar a todos. No obstante, hay cierres y cierres. Por un lado, encontramos los finales redondos, que cierran todas las tramas de mejor o peor forma, pero que a fin de cuentas concluyen todo con un mínimo de dignidad. Luego están los finales que también cierran todo (o casi), pero como si el equipo de guionistas estuviera hastiado de la serie y quisiera irse pronto a casa. 

Desgraciadamente, el desenlace de "Sin Identidad", la serie que tanto prometía en su primera temporada y que tanto (me) ha decepcionado en su segunda, fue de los segundos. En resumidas cuentas, la serie protagonizada por Megan Montaner nos ofreció a sus fieles seguidores un episodio final carente de intriga, plano, y en el que, como bien señaló mi madre al finalizar, "muere hasta el apuntador". Echemos cuentas, la segunda tanda ha contado con catorce episodios, de los cuales la mitad eran un relleno descarado. Tiempo suficiente para cerrar todo bien, ¿o no? Menos mal que estaba Lydia Bosch para amenizar un poco la noche, por cierto, infestada de anuncios. Lo de Antena 3 y la publi merece otro post aparte. ¿O ya lo hubo? El calor y la falta de un sueño reparador en las noches estivales no me dejan ver las cosas con claridad.

El final de esta serie ha traído a mi memoria otros cierres de series españolas emblemáticas, que también nos dejaron a la mayoría con un sabor agridulce. Como no podía ser de otra forma, empiezo repasando el final de "Los Serrano", o mejor dicho, ese sueño de Antonio Resines o Diego Serrano (uno ya no sabe dónde empieza la ficción y dónde la realidad). Lo único bueno del desenlace de esta serie es la ingente cantidad de bromas, memes y demás chascarrillos que hemos podido disfrutar desde aquel verano de 2008. 

Un recurso muy recurrente a la hora de dar carpetazo a una serie es "matando" a algún personaje emblemático y siempre muy querido. ¿Por qué? Claro, los guionistas querrán que nos cabreemos tanto con la serie que luego sea imposible echarla de menos (véase la ironía). Sólo encuentro esa explicación para finales como el de "La Señora", "Compañeros" u "Hospital Central". 

Y, finalmente, está el tipo de desenlace que te deja con esta cara:

Básicamente porque no es un final en sí mismo. No se cierran las tramas bien, no sabemos si algunas parejitas se quedan juntas o no para el resto de sus vidas, tampoco sabemos si la protagonista cogerá ese vuelo rumbo a ninguna parte, o si cerrará el periódico o el instituto, en torno al cual se vertebraban las tramas... Os suenan algunos, ¿verdad? De esos, ha habido muchos, muchos más de los que debiera. 

Ahora mismo estoy en la oficina, pero el cierre de "Sin Identidad" me ha dejado con tan mal sabor de boca, que al regresar a casa necesito recurrir al que para mí es el mejor final de una serie: "Friends". Siento envidia de que aquí no hayamos logrado cerrar una serie de esa forma. Sin ir más lejos, la audiencia es un buen reflejo de ello. En Estados Unidos, cuando una serie finaliza, el número de espectadores siempre se triplica. Véase "Friends", "Urgencias", "Mujeres Desesperadas" y un largo etcétera. En España, hay casos tan curiosos como el de "Compañeros", en el que el episodio final pierde incluso espectadores respecto al último. No, no es una invención. Lo podéis buscar. En otros casos, la audiencia sube ligeramente, pero no lo suficiente para ser la despedida. Hay mucho por hacer. Muchas son las series que ahora mismo atraen a la audiencia española. Esperemos que sus respectivos desenlaces estén a la altura. 

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